sábado, 14 de julio de 2012

"Noche estrellada", de Isabel Suppé





Eider Elizegi Telletxea nos contó en este blog el accidente de Isabel Suppé en el Ala Izquierda del Condoriri, acompañando la historia con las impresionantes fotografías de su rescate. Ahora podemos leer el relato de aquellos momentos contado por la protagonista. Una aventura centrada en las dos noches que pasó en la soledad de la montaña, con un pie destrozado por la caída ocurrida mientras escalaba con Peter, que murió poco después, y tratando de sobrevivir por encima de todo. Isabel echa la mirada hacia atrás y revive las circunstancias que la llevaron hasta ese momento, lo que pasó antes. Y luego nos cuenta lo que vino después, la dura pelea por recuperar el pié, de operación en operación.


Todo comienza un día en que su abuela le enseña a encordarse para llegar a la cima de una montaña de su país de origen, Alemania. Así nace la pasión por la montaña de Isabel. Sus primeras escaladas con sus abuelos y con su madre marcaron su infancia. Después las montañas la llevaron a recorrer distintos países hasta llegar a Argentina, donde trabaja como guía. Y sucede el accidente, una caída de 400 metros mientras escalaba en el macizo del Condoriri, no muy lejos de la Paz (Bolivia). 

¿Qué es lo que pasa por la cabeza de esta mujer cuando se ve enfrentada a una más que probable muerte por frío y agotamiento al pie de la pared, junto a su compañero malherido, casi muerto? No puede ayudarle y decide luchar por su propia vida. "La ley de la montaña es cruda, egoísta. Se trata de vivir". Arrastrándose, gateando entre penitentes, dándose calor, no permitiéndose dormir, pensando solo en vivir, dos días y dos noches. Horas interminables para pensar en lo que está haciendo, para escapar de la muerte.

Una vez localizada, el rescate fue un  tremendo suplicio, a pesar de estar reconfortada por la presencia de gente, conocida y extraña, que se movilizó para bajarla por el glaciar. Después vino otra etapa dura y larga: las diez intervenciones a las que se sometió, ya en territorio alemán, para recuperar el pie. ¿Cómo se enfrenta una mujer acostumbrada a recorrer montañas con la posibilidad de no volver a caminar como antes de la caída? 

Nueve meses después del accidente, con algunas cicatrices sin cerrar, parte de nuevo hacia sus montañas, los Andes. No camina como antes, pero avanza ayudada por las muletas de alta montaña que le ha hecho su hermano. Vuelve a escalar, vuelve a encontrarse con el riesgo y con el miedo, cumpliendo sus deseos.

foto: desnivel



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