jueves, 2 de abril de 2015

Aurora en Noruega - Sonia Rodríguez

Espectaculares bajadas con vistas al fiordo

A veces parece que los astros se alinean para que todo salga bien. Este es el caso del último viaje que hemos hecho a Noruega para hacer esquí de travesía: buen tiempo, buena nieve, paisajes increíbles, montañas por todas partes, una casa de lujo donde estar a gusto y mejor compañía. Después de llevar un par de años soñando con deslizarnos por laderas blanqueadas con nieve polvo sobre fiordos noruegos, este año en marzo se ha materializado un sueño. Al final nos juntamos 9 personas, toda una expedición. 
Sabíamos que Noruega era bastante caro, así que nos organizamos a través de Internet para contratar los diferentes servicios lo mas económicamente posible. Salimos del aeropuerto de Bilbo, hicimos escala en Munich, luego en Oslo y por fin llegamos a Tromso, una noche a todo nevar. Tromso está situado a unos 1200 km al norte de Oslo, por encima del circulo polar ártico, lo que significa que según la época del año no ven apenas la luz o en verano, por lo contrario, el sol no se pone, lo que se conoce como el sol de medianoche. En el mes de marzo había claridad sobre las 4.30 de la mañana (alguien al ir al baño a esas horas comentó que ya era de día) y oscurecía sobre las 6.30 de la tarde.

Camping de Tromso. ¡Menuda nevada!

Tras recoger los coches de alquiler,con portaesquis (muy importante) la primera noche la pasamos en el camping de Tromso, en un par de cabañas muy acogedoras. El camping es muy bonito y esta cerca de la ciudad. La sensación de conducir sobre carreteras totalmente nevadas era nueva para mi y hasta cogerle el punto de confianza a las ruedas de clavos conducía con mucha prudencia. A la mañana siguiente pudimos contemplar la potente nevada caída la noche anterior y decidimos dirigirnos directamente a la casa que teníamos alquilada en Lyngensidet. Para llegar aquí lo mas rápido es coger un ferry que atraviesa el fiordo, sino la vuelta en coche es muchísimo mas larga, con las carreteras blancas y nevando sin parar la cosa se complica. En el norte de Noruega hay abundantes ferries para pasar de un lado a otro de los fiordos y en algunos casos túneles subterráneos, todo ello de pago, por supuesto.

Cogiendo el ferry vestidos de esquiadores

Lyngensidet es un pequeño pueblo pegado a un fiordo rodeado de montañas que rondan los 1000 metros de altitud. La nieve está presente desde el mismo nivel del mar. La casa alquilada se trataba de una villa de dos plantas a todo lujo que llamaríamos campamento rico. Tras dejar todos los petates hicimos la primera excursión poniéndonos los esquís en las escaleras de casa. Seguimos por un bidegorri totalmente nevado y continuamos por un bosque precioso. En la parte final nos dimos la vuelta ya que la gran cantidad de nieve acumulada tenía un alto riesgo de avalancha. La bajada fue impresionante, nieve polvo hasta las rodillas y mirando a un fiordo que reflejaba múltiples colores del cielo. Derrapazo y entrar en casa. Perfecto.

Lyngendidet, campamento rico

En el campamento rico estuvimos 6 noches y esquiamos todos los días montañas con nombres imposibles de pronunciar: Kavringtinden (1289 m), Fastdalstinden (1041 m), Russelvfjellet (794 m), Rornestinden (1041 m), Daltinden (1533 m) y Breiddalfjellet (850 m). Como veis no son montañas muy altas, pero siempre se sale del nivel del mar. 

Cuando hay niebla cerrada lo mas seguro es ir en grupo. Cua cua cua..

La tónica general fue buen tiempo, entre 0 y 4 grados, con mucho viento, sobre todo en las cimas, pero del Sur. Creíamos que íbamos a pelarnos de frió y resulta que hace mejor que en Euskal Herria. Usamos la misma ropa que en el Piri, incluso algún día pasamos calor. En ningún caso porteamos nada ni usamos los crampones y el piolet. Las cuchillas si usamos en mas de una ocasión. Mires donde mires las vistas son espectaculares y no te cansas de este paisaje impresionante. 

Subiendo al Daltinden, un sueño

A destacar la pala de 1200 metros del Daltinden, como leímos en una revista un sueño para los esquiadores de montaña y la experiencia de cruzar en ferry con todo el equipo encima (botas incluidas) y las vistas del Giillavarri. Otro día hicimos una excursión hacia el norte de la península parándonos en todos las esquinas, alucinados con los paisajes que veíamos. Incluso coincidimos con un eclipse solar, aunque los verdaderamente eclipsados eramos nosotros con los paisajes que nos rodeaban.

Subiendo al Giillavarri

En esta región existen miles de posibilidades para esquiar, hacer corredores o cascadas de hielo, desde fáciles a muy txungas, ya que todo son montañas, mires por donde mires. Nosotros nos basamos en la información de unos amigos que habían estado en este mismo lugar el año pasado y nos dejaron una guía de esquí de travesía, así como algunos blogs (ikumendi, igertu) de donde sacamos los tracks. Ademas existe otro de guías muy interesantes que se pueden conseguir en las oficinas de turismo. Las posibilidades son inagotables. En nuestra opinión lo mas peligroso son las entradas y salidas del coche, siempre sobre hielo super resbaladizo. Cuidadín.

Cuando el frío aprieta el fiordo se congela

En cuanto al equipaje, nos permitieron llevar los esquís y las botas en sus fundas y ademas 23 kg de petate sin coste adicional (aunque tanto a la ida como a la vuelta nos intentaron cobrar, pero al final no pagamos). Cosa que nos vino muy bien para llevar la mayor cantidad de comida posible desde casa. Cada noche nos recuperábamos de las emociones diarias con rico jamón de Markina, codillo de Hernani, garbanzos de Errenteria, paella de Lasarte y demás riquezas culinarias. El mayor presupuesto se fue en cervezas autóctonas (Isbjord= oso polar) a un bonito precio de 3 euros en supermercado.

Secadero de bacalao


Los renos son mas pequeños que los alces

Otro fenómeno que ocurre en las regiones polares y en invierno es la aurora boreal. No es fácil de observar ya que si está nublado no se puede ver y el tiempo en esta zona es muy cambiante, en el mismo día hace sol, nieva, viento y luego vuelve a cambiar. Existe un programa en Internet que determina la posibilidad de ver auroras cada noche, dependiendo de la actividad solar y las condiciones de la atmósfera. Tras informarnos decidimos que una noche era la adecuada para verla y montamos guardias para que alguien estuviera siempre atento. No tuvimos que esperar demasiado. Tras cenar opíparamente y a la tercera guardia unos golpecitos en la ventana nos hacen salir a todos corriendo a la calle. Se pueden ver indicios de aurora y decidimos coger los coches y alejarnos de las luces de las casas para observarla mejor. Algunos ya la tienen vista de viajes anteriores pero el resto miramos el cielo embobados. Ver a Aurora en Noruega era otro de los grandes objetivos de este viaje. Otro momento más de felicidad. 


Tras una semana parte del equipo se tiene que volver y el resto nos trasladamos de nuevo al camping de Tromso (campamento pobre). Por el camino y desde aquí realizamos 3 salidas mas: Breiddalfjellet (889 m), Buren (802 m)y Fagerfjellet (965 m). Decimos elegir montes más bajos ya que el tiempo cambió, el viento ya no era del sur y hacia mas frió, llegando a bajar el último día a 8 bajo cero. Entonces sí que usamos todas las plumas que llevábamos. 


Otro día fuimos hasta el final de la península de Kvaloya. En esta zona parece que pasas a la primavera noruega, hay bastante menos nieve y la hierba cubre el paisaje, imponente por otra parte. Merece mucho la pena una visita el pueblo de Sommaroy. 

Primavera en Sommaroy

Un día hizo malísimo y aprovechamos para hacer turisteo por Tromso, una tranquila ciudad isla ya que la mayoría del trafico discurre bajo tierra. A destacar Polaria, el aquarium, un edificio que parecen bloques caidos cerca del puerto, pero en su interior hay un espectáculo con focas y leones marinos, así como información de la biodiversidad y las amenazas sobre la zona ártica, y además gratis.



Como siempre, los finales son duros. Tras un montón de horas de escalas y 3 vuelos llegamos de nuevo a Loiu con el recuerdo en las pupilas de los paisajes noruegos. Las Lofoten, increible acumulación de islas, fiordos y nieve que nos hacen soñar con un regreso próximo. Una vez en la vida hay que vivirlo!!!!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero que pasada!!!
y además aurora!!!!
esti k.